INFORME: EXTORSIONES EN LIMA Y CALLAO SE MULTIPLICAN

Luciano Díaz Fukumoto, un exmilitar héroe del Cenepa, fue asesinado a tiros a principios de este año. La víctima se negó a pagar una cuota de 5 soles a una mafia de extorsionadores mientras se ganaba la vida como llenador de taxis colectivo en Ventanilla.

Lima y Callao se han convertido en un lugar donde todos los días ocurren nuevos episodios sangrientos, esta semana fue asesinado un comerciante que importaba en Mesa Redonda. Alfredo Rubén Castillo Pablo (46), fue asesinado a balazos y la Policía maneja dos hipótesis. La primera indica que fue extorsionado y, al negarse a pagar dinero, lo asesinaron. La segunda revela que una banda criminal intentó extorsionar a la familia y cometieron el crimen para enviarles un mensaje.

“Plata o plomo”. Estas son las palabras que se han convertido en dos opciones: una es pagar a los extorsionadores; la otra, parece inalterable, es prepararse para que el frente de un negocio o una casa o la propia víctima sean blanco de las balas.

Este método es una alternativa que utilizan además de realizar venta de drogas, secuestros, tráfico de terrenos o al robo. La mayoría de estos, se coordinan, como casi todos los movimientos criminales, en algunas cárceles del país.

Según el INPE, en mayo 1.052 delincuentes fueron recluidos por delito de extorsión: 317 procesados y 735 sentenciados. De estos, 950 son varones y 102 mujeres que podrían seguir operando.

Otro dato relevante es que 749 de ellos ingresaron a prisión por primera vez y 187 por segunda. En mayo, 30 extorsionadores fueron liberados y están con semilibertad, libertad condicional o con remisión de pena.

EMISIARIOS EN EL EXTERIOR

El pasado 1 de noviembre, Jonathan Maicelo (boxeador y empresario), dueño del restobar Maicelo, recibió en su local de San Juan de Lurigancho una bolsa con una granada de guerra y una nota que decía: “Ya sabes que tienes que tocar la puerta dejando tu ingreso. Evítate los problemas, cuida tu vida. Atte. Loco Aroni”.

Así como él, muchos transportistas también son obligados a pagar cupos de 5 soles diarios. Un maestro de obra debe desembolsar 4.500 soles; mientras que el dueño de un restaurante, una flota de buses o de grupos musicales paga 10.000.

“Los extorsionadores ahora exigen a sus víctimas a girar dinero a sus contactos en el extranjero y estos los retornan previo cobro de una comisión”, señaló el coronel Mejía.

En muchos casos no se presentan denuncias. Por ese motivo, según señalan en la Policía, es difícil estimar con estadísticas la cantidad de extorsiones que se producen por día.

“Es un problema muy serio. Vamos a reforzar la prevención y la inteligencia criminal, porque la mayoría de estos hechos se producen desde la cárcel”, manifestó el general Jorge Ángulo, jefe de la Región Policial Lima.

OTROS MÉTODOS

En un principio, los delincuentes comenzaron a plantear a sus víctimas escenarios que incluían situaciones peligras que involucraban a sus familiares. Sin embargo, con el tiempo las llamadas de tener en su poder a un hijo, madre, padre o cualquier otro familiar dejaron de funcionar cuando se comprobaban que era falsas.

Al no poder concretar con su extorsión, e incluso en algunos casos volverse parte de una broma, comenzaron a cambiar el modus operandi.

‘Los Malditos de Huáscar’ comenzaron a extorsionar directamente a los dueños de colegios, restaurantes y otros negocios enviándoles explosivos, balas o atacando las fachadas. Ese sello comenzó a ser utilizado por otros grupos criminales.

CIFRAS

1.052 extorsionadores están presos en distintas cárceles del país.

950 de ellos son varones y 102 son mujeres según cifras del inpe.

(C.P.V)