«ME QUEDÉ EN CASA», por Norma Juárez

Miércoles, 8 de abril 2020.- Fue la noche del 15 de marzo, que nos dijeron que, desde el día siguiente, lunes 16, el país estaba en Emergencia Nacional y en aislamiento. Las fronteras se cerraron;   para poder transitar por la calle, tenemos que tener permiso; se suspendieron las clases de los colegios. la Policía y las Fuerzas Armadas salieron a resguardar la ciudad y hacer cumplir las disposiciones. Buena parte del país empezó a trabajar desde sus casas. Vino el toque de queda y después   nos dijeron que para realizar nuestras compras -el único motivo por el que podíamos ver la calle- solo tendríamos 6 días a la semana y las salidas serian de forma intercalada, un día hombres y otro día mujeres. La respuesta de la mayoría de la población ha sido colaboración, resiliencia y solidaridad.

Mención aparte merecen los médicos, policías, el personal de las empresas que sostienen la cadena de abastecimiento y venta de artículos de primera necesidad, los que limpian la ciudad, los choferes y otras personas más.  Todos ellos no solo merecen aplausos, sino la revalorización de sus labores; son los que le hacen frente al virus en la calle, para que nosotros podamos estar en casa.

Día a día, a partir de las 12:30, el Presidente y los Ministros, presentan, explican y justifican una serie de decisiones para nosotros, para el país, las que he señalado en el párrafo anterior y otras;  por ejemplo,  Cómo evolucionan las cifras de los infectados, de los que van siendo dados de alta?;  Cómo habilitan la Villa Panamericana para atender más pacientes?.  Que subsidios se entregaran a la población? bonos, víveres, retiros de la CTS, etc. Dispone que se implemente un registro de personas que incumplen el estado de emergencia, otorga más presupuesto para que el Sector Salud este equipado, también para los Ministerios de Educación y el MIDIS;  pide a los bancos que refinancien las deudas de sus clientes y muchas otras disposiciones más.

Debo admitir que muy pocas veces en mi vida he visto a un Presidente y al Poder Ejecutivo trabajar de esa manera, cohesionado y teniendo un objetivo claro: “evitar que el virus se propague”.  Informando, evaluando y analizando resultados; tomando decisiones,  de manera objetiva y sustentada.

Si bien es cierto, esto me da tranquilidad -dentro de la situación tan complicada- no puedo dejar de preguntarme: ¿tiene que haber otra Pandemia para que nuestro país funcione así? Para que sean prioridad los sectores salud, educación, para atender a las personas que menos recursos tienen?

El Ministerio de Educación, en tiempo récord, puso en funcionamiento una Plataforma Virtual para los estudiantes, involucrando a la empresa privada, se aprobó asignar un presupuesto importante para solucionar los problemas del Sector Salud, la Municipalidad de Lima, en muy corto tiempo, habilitó un albergue para los indigentes, los que no tienen donde vivir, como estos ejemplos hay muchos más.

Estos comentarios no son una queja, al contrario, son esperanzadores, porque después de pasar esta Pandemia, que está cambiando el mundo y nuestras vidas, nos plantearemos desafíos importantes que si se pueden alcanzar;  Si es posible pensar en el bien común,      Si es posible priorizar a nuestra población vulnerable   y   también es posible mover el aparato público en una sola dirección. 

Gobernadores regionales, alcaldes y resto de autoridades, salgamos de esta crisis, y   asumamos con firmeza el liderazgo que nos entregó la población,  resolvamos de forma decidida los problemas que tenemos, pensando en los que más lo necesitan, hagamos una mejor distribución del presupuesto público, enfrentemos la inseguridad, prioricemos la atención del sector salud, apostemos por una educación moderna, por una mejor alimentación, reactivemos el sector productivo, unamos esfuerzos para tomar decisiones coordinadas y oportunas, velemos por el bienestar de los ciudadanos y trabajemos realmente por nuestro país.

“Hay décadas en las no pasa nada y hay semanas en las que pasan décadas”