«¡NO HAY EXCUSAS!», por Beatriz Delgado

En más de una oportunidad, el presidente Vizcarra calificó al Congreso de obstruccionista, experto en fabricar trabas y que no lo dejaban trabajar. Lo que, a la luz de los acontecimientos y enfrentamientos públicos, era evidente.

Bajo esa queja interminable, fueron quedando en el tintero problemas sin resolver a pesar de su trascendencia e impacto en nuestra sociedad: lucha frontal contra la Inseguridad Ciudadana, delincuencia, reconstrucción del norte, el desempleo, la anemia, los feminicidios, migración extranjera, entre otros males.

El permanente enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y el Legislativo, terminaron por marcar la agenda nacional.  Lejos quedó la importancia de atender las necesidades de miles de peruanos y quedó en evidencia que nunca prevaleció el bien de las mayorías.

Pero, ahora que el Congreso ha sido DISUELTO, ¿qué es lo que viene? ¿Qué nos espera?

Ahora NO HAY EXCUSA. Desaparecido el obstruccionismo y la verborrea de una mayoría aplastante, se tendrían que abrir las puertas (en teoría) hacia el despegue. Al menos eso es lo que se espera, más allá del debate si es legal o legítimo el Cierre del Congreso.

Ahora NO HAY EXCUSA para que NO se reactive la economía, se construyan Hospitales, Colegios y se dé luz verde a obras de envergadura. No hay excusa y sentir realmente que se lucha contra la corrupción y para que exista justicia en el Poder Judicial.

Sr. Vizcarra ya no tiene EXCUSAS. La población espera y se desespera porque la violencia sigue creciendo desmedidamente. La pobreza envuelve a un sector significativo de peruanos. Nuestros jóvenes reclaman oportunidades. Los feminicidios y violaciones a mujeres y niños nos degradan como sociedad. Pésima atención hospitalaria. Caos vehicular. Y como corolario “la educación es un asco” al decir de nuestros estudiantes.

Sr. Vizcarra, ya no tiene EXCUSAS. Nuestro país merece un viraje hacia el desarrollo sostenible y crecimiento.

Que esta semana que concluye, llena de enfrentamientos y diatribas, culmine para dar paso al diálogo, pensando en el país que deseamos para las generaciones presentes y futuras.