QUE NO SEPA TU MANO IZQUIERDA LO QUE HACE TU DERECHA

Ventanilla, 22 diciembre 2021.- (Por reg. provincial Reynaldo Encalada) La Navidad es la celebración del nacimiento de Cristo por los católicos, rama principal del cristianismo cuya religión es la más extendida en el mundo, aunque no todos los cristianos comparten esa celebración o la fecha. En el caso de América Latina y del Perú, el catolicismo es predominante entre sus habitantes. Es el tiempo de la paz y la concordia, pero sobre todo de reencuentro familiar, evocando a la sagrada familia conformada por José, María y Jesús.

Lamentablemente, con el tiempo esta fiesta católica central se ha ido convirtiendo en un evento comercial, en la que si no se regala algo material no se es un buen católico o una buena persona, para beneplácito de los comerciantes y para tristeza de los más pobres que no pueden acceder a esos regalos. Se olvida que Cristo nació en un humilde pesebre y que la esencia de la Navidad es la comunión con Dios por habernos enviado a su único hijo para salvarnos del pecado.
Ciertamente, se debe compartir con los que menos tienen como expresión de solidaridad, pero la verdadera solidaridad tiene que regirse de la palabra bíblica que dice “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. Es decir, que se debe compartir con los demás de corazón, como lo hacen año tras año muchas instituciones y ciudadanos de buena voluntad, sin hacer mucha propaganda, con el propósito de agradar a Dios y no para el aplauso de los hombres.
Sin embargo, hay quienes aprovechan la ocasión para fungir de generosos cuando tienen otros propósitos subalternos. Este el caso de algunos políticos que ven en la Navidad el momento propicio para expresar su repentino amor por el prójimo y, sobre todo, por los niños. No obstante, no habría nada de malo si es que al lado de su “generosidad” no hubiera todo un aparato publicitario para gritar a los cuatro vientos su «noble acción» para que se enteren todos cual falsos profetas.
Más aún cuando se avecinan las próximas elecciones Municipales y Regionales y se utilizan como parte de sus campañas pre electorales, como viene sucediendo actualmente. En efecto, muchos pre candidatos hacen de “Papa Noel” regalando a manos llenas, haciendo gala de grandes recursos que cualquier ciudadano común y corriente no puede tener, sin preguntarse de donde salen esos recursos y cuál será la moneda de cambio una vez que accedan al Gobierno.
Pero, ¿Será quien regala más el que está más capacitado para gobernar una Ciudad? Aparte de que la solidaridad, si es verdadera, no debiera ser usado como instrumento de campaña electoral, esto no califica a un pre candidato como una persona apta para gobernar. Son las propuestas que realiza para el desarrollo de la ciudad, así como su trayectoria y preparación en gestión pública, las que deben ser los argumentos principales para optar por un candidato.
Esperamos que cuando se inicie formalmente el proceso electoral con la convocatoria oficial fijada para el 5 de Enero de 2022, los candidatos muestren sus propuestas para el desarrollo de la ciudad y no se siga con el clientelismo para la obtención de votos aprovechándose de la necesidad de la gente más humilde, pues de lo que se trata es crear las condiciones para el desarrollo de la gente bajo el principio que “no hay que dar pescado sino enseñar a pescar”.
Es que el clientelismo es lo que ha sumido al Callao en el atraso y el abandono durante más de 25 años de los últimos gobiernos. Es que durante este tiempo se instauró la política del beneficio inmediato a costa de sacrificar el futuro, pues las dádivas solo sirven para el momento y la pobreza continua. De haberse optado por políticas de desarrollo, hoy el Callao sería una Ciudad Puerto de las mejores del mundo, e incidiría directamente en el bienestar de sus habitantes.
Diferente fue el caso de Mi Perú que supo ponerse por encima de las dádivas y aspirar a convertirse en Distrito, lo que se logró luego de una larga lucha. Lamentablemente, en los últimos años se ha impuesto una política clientelista o asistencialista dejando en el olvido proyectos de desarrollo. Empero, no perdemos la fe en que las cosas cambien y que Mi Perú se reencause en el camino del desarrollo y, siga siendo un ejemplo para otros pueblos del Callao.
De igual manera aspiramos que el Callao logre forjar una nueva alternativa que lo ponga en el sitial que le corresponde, por su historia y su ubicación estratégica, no solo en el país sino también en América y el mundo. Pero, para eso, tenemos que elevar nuestro nivel de conciencia como ciudadanos para no dejarnos llevar por los cantos de sirena y beneficios inmediatos. De esta suerte, podremos lograr un verdadero desarrollo y una real Feliz Navidad para todos.