Miércoles 21 de Diciembre de 2016.- Se trata de un sistema de compra y venta que no cuentan con las mínimas medidas de seguridad. El panorama en los exteriores del Mercado Central del Callao es prácticamente una bomba de tiempo, debido a que algunas calles se han convertido en callejones sin salida.
Los jirones afectados son: Cochrane, Saloom, Colón y adyacentes. Todas estas calles perjudican el libre tránsito de peatones y unidades de transporte público y privado. El problema es que ante una eventual catástrofe, los bomberos, ambulancias y patrulleros no podrán acceder a este lugar por la concurrencia de los vendedores ambulantes sin licencia.
Por ejemplo, en el “mercado persa”, los informales no solamente comercializan artículos navideños, como panetones, chocolates y juguetes, sino hasta carne de pescado a la altura de la Cruz Blanca, a pesar que a media cuadra ya existe un lugar exclusivo para la venta de pescado y mariscos.
No contentos con la venta del día, en horarios nocturnos, algunos comerciantes sustraen luz eléctrica de los postes, exponiendo sus propias vidas y la de los consumidores.
PARADEROS INFORMALES:
La ausencia de combis por las noches, obliga a que los conductores de transporte particular utilicen sus coches para «Taxi Colectivo». El problema nace desde que ellos convierten el Jirón Colón en un paradero informal convirtiendo un “dolor de cabeza”, al ciudadano chalaco de a pie.
El panorama empeora cuando los vehículos del transporte público, no tienen por donde circular por la aglomeración de comerciantes y paraderos informales de taxis.
En ese sentido, exhortamos a las autoridades poner fin la informalidad y la imprudencia de decenas de comerciantes en estos sectores del Callao.