Por: Reynaldo Encalada
Uno de los problemas principales que tiene el Callao es el congestionamiento del tránsito, principalmente de la Av. Gambetta. Es que esta vía nacional es la única con infraestructura que conecta al Callao con el norte del país. Esto se agudiza con la circulación de vehículos de carga pesada de transporte de contenedores entre el Puerto y las almaceneras ubicadas a lo largo de esta Avenida, obstaculizando el paso de los vehículos de transporte público y de particulares.
Esta especie de “cuello de botella”, perjudica particularmente a los vecinos de Oquendo y Márquez del Cercado Callao, así como de los Distritos de Ventanilla y de Mi Perú. Pero también perjudica a los mismos transportistas de carga pesada, pues encarecen sus costos y, por ende, los costos de los operadores portuarios, lo que les resta competitividad, más aún ahora cuando está por inaugurarse el Puerto de Chancay que contará con mayores ventajas comparativas.
Es que nunca se proyectó a la Provincia Constitucional del Callao como una Ciudad Puerto para una convivencia armoniosa entre el Puerto y la Ciudad, lo que significaba vías exclusivas para los vehículos de carga pesada para no afectar al ciudadano, como lo viene haciendo el nuevo Puerto de Chancay con la construcción de una vía subterránea de la carretera Panamericana hacia sus instalaciones a fin de que los vehículos para su movimiento logístico no tengan que pasar por la Ciudad.
La responsabilidad principal es del Gobierno Nacional, que solo vio al Callao como un enclave portuario y aeroportuario, sin interesarse de la Ciudad y de sus ciudadanos. Pero también de las Autoridades del Callao que no planificaron el desarrollo de la ciudad con una visión de futuro ni exigieron al Gobierno Nacional para que asuma su responsabilidad en cuanto a las vías nacionales, más ya no se puede «llorar sobre leche derramada» y se requiere de soluciones.
En ese sentido, se han planteado diversas alternativas como la construcción de una Vía Litoral o Costanera Norte como vía alterna, pero aún ni siquiera ha sido asumida como idea por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Tampoco han atendido el pedido de la ciudadanía para que se amplie el Ramal de la Línea 4 del Metro, que actualmente solo llega hasta el Óvalo 200 Millas – más conocido como «Cantolao» – hasta los Distritos de Ventanilla y Mi Perú.
Sin embargo, esas soluciones demoran por su envergadura y la burocracia del Estado. En esas circunstancias, la alternativa más viable e inmediata es la construcción de las vías principales de Oquendo, especialmente, la Av. Los Alisos, que corre paralela a la Av. Gambetta para conectarse con Lima Metropolitana y que sus vecinos vienen reclamando desde hace varios años, no solo para mejorar su calidad de vida, sino también para ayudar a aliviar la gran congestión del tránsito de esa vía nacional.
Hay que reconocer que el Alcalde Provincial del Callao, Pedro Spadaro – más allá de las discrepancias con su gestión- viene avanzando en la ejecución de las Avenidas Bertello e Izaguirre establecidas en el Presupuesto Participativo aprobado en la gestión anterior y se ha comprometido ejecutar la construcción de la Av. Los Alisos para este año. Esperamos que este compromiso se cumpla para bien del pueblo Oquendo y de nuestra Provincia Constitucional.
La última buena noticia es que recientemente la Municipalidad de Lima Metropolitana viene preparando la licitación de la construcción de la Av. Pacasmayo en el tramo que le corresponde al Distrito de San Martín de Porres. Esta obra se suma a la gran Avenida Prol. el Naranjal, que fuera inaugurada unos meses atrás, la cual también comunica con el Callao. Ahora le toca a la Municipalidad Provincial del Callao ejecutar la parte que le corresponde de esta importante vía.
Es que la infraestructura vial es vital para que el Callao puede mejorar su transitabilidad para el bienestar de sus ciudadanos y de los usuarios en general, pero al mismo tiempo, para mejorar su competitividad de tal manera que el impacto del Puerto de Chancay no sea letal, tanto para su desarrollo económico como en cuanto al monto que recibe por la Renta de Aduanas que le permite al Gobierno Regional y a las Municipalidades del Callao realizar obras y prestar servicios públicos.
Estamos aún a tiempo de enrumbar al Callao, siempre y cuando sus Autoridades entiendan la magnitud de los problemas que tiene el Callao y no sigan empeñadas en el maquillaje y el asistencialismo. Pero, sobre todo, entiendan que para resolver esos grandes problemas tienen que promover la más amplia unidad de todos sus ciudadanos, por encima de sus diferencias y no sigan con la idea sectarea de que llegar al Gobierno los hace dueños de las Instituciones que dirigen cuando son de todos sus ciudadanos.