
En el pasado mes de marzo, durante excavaciones realizadas por la empresa Cálidda para colocar instalaciones de gas en la Av. Santa Rosa, cerca a la UNAC, se hallaron una serie de vasijas pertenecientes a lo que los arqueólogos denominamos, estilo «Blanco sobre rojo», con una antiguedad aproximada de 2,000 A.P
Este hallazgo sorprendió e indignó a los chalacos pues consideran que se estaba destruyendo parte de la evidencias de la historia del Callao y , claro, en parte tienen razón. Sin embargo lo que preocupa es el motivo de su sorpresa pues lo que se evidencia es un desconocimiento de la historia del Callao. Desconocimiento, que por cierto, se debe a una currícula escolar deficiente en los temas de la historia chalaca y que urge reformularla. Este «vacío» curricular impacta negativamente en la necesaria generación de memoria histórica, elemento fundamental en la construcción de identidad, tan necesaria entre los chalacos.
La empresa Cálidda ha encontrado, sólo en los últimos dos años, más de 20,000 restos arqueológicos en Lima y Callao según fuentes periodísticas. Inclusive, durante la construcción del nuevo aeropuerto se halló una ingente cantidad de alfarería prehispánica (correspondiente al señorío de Ishma), virreinal y republicana, lo cual evidencia la intensidad con que fue ocupada dicha zona a través del tiempo. Sin embargo, ello no debe sorprendernos realmente, pues el Perú ha sido cuna de altas culturas y de una variedad de etnias, de tal manera que no es exagerado afirmar que casi en cualquier sitio que se excave, se encontrarán restos arqueológicos de diferente naturaleza.
En este escenario, el Callao no ha sido ajeno al devenir histórico desde la llegada de los primeros hombres en territorio peruano, hasta la instauración de la república. Tenemos en el Callao más de 40 sitios arqueológicos y casi la mitad de ellos se encuentran en la isla San Lorenzo. Lamentablemente, la falta de información masiva desde el nivel escolar hace que estos lugares sean poco conocidos y peor aún, poco o nada valorados. Ello explica, en parte, la irresponsabilidad del tráfico de terrenos e invasiones en zonas arqueológicas.
Este vacío en los contenidos de historia en el nivel escolar genera que muchos chalacos piensen que en el Callao no hubo nada hasta la llegada de los españoles, idea asociada a la imponente y conocida presencia del Real Felipe. En este punto, permítanme una aclaración. No es la Fortaleza del Real Felipe. Es el Real Felipe, así , a secas. Fortaleza y real significan lo mismo, usar ambos términos es una redundancia y un error casi «oficializado»
Los chalacos deben saber la gran importancia histórica que tuvo el Callao en sus diferentes etapas. El estar ubicado en la costa central lo hizo un lugar muy cosmopolita e integrador de culturas. Está ubicado, además, relativamente cerca de Caral, civilización madre del Perú. Tan es así, que en Huaca Rosada -a la que denomino «Caral chalaco» o «nuestro pequeño Caral»- , encontramos la misma tradición arquitectónica de pirámides aterrazadas con plaza circular hundida.
Asimismo, Callao estuvo en el centro de los lugares donde se originaron las principales lenguas prehispánicas de los Andes Centrales : Caral, al norte, lugar donde se originó y difundió el quechua y, Chincha (Ica) al sur, lugar donde se originó el aimara, tal como lo afirma el linguista Alfredo Torero, muy a pesar de lo que digan pesar de nuestros vecinos bolivianos. Por esta razón es común encontrar vocablos de ambas lenguas en el Callao.
Hablar pues de la historia del Callao, es hablar de casi 14,000 años de historia que se inicia con la llegada de los primeros cazadores-recolectores cuya presencia está evidenciada en los talleres líticos de Chivateros (Ventanilla), el lugar arqueológico ¡ más antiguo de Lima y Callao ! y continúa con diferentes ocupaciones a lo largo del tiempo con la presencia de lugares como El Paraíso (4,000 años a.p), la Huaca Culebras perteneciente a la cultura Lima (200 a 650 años D.C), y el Palacio Inca de Oquendo construido por el reino Colli (1,000 a 1,450 anos D.C), entre otros.
Para terminar, los chalacos deben saber que en el periodo inmediatamente anterior a los Incas, hubo un curacazgo llamado Callao, como lo señala la destacada etno-historiadora Maria Rostworowski, ubicado en ambas márgenes del río Rímac y en lo que hoy es Callao, La Perla y Bellavista. Por lo tanto, a mi entender, éste es el origen del nombre de nuestro Primer Puerto. Sus habitantes, conocidos como los pitipiti, debieron tomar ese nombre de manera tardía pues pitipiti es un vocablo quechua que significa «lo que se rompe»o «lo que queda afuera». Este segundo significado sería para mi el más pertinente pues cuando el antiguo Callao se amuralló para protegerlo de posibles ataques de los piratas, los pescadores del curacazgo del Callao quedaron fuera de la ciudad amurallada.
En fin, narrar la extensa e interesante historia del Callao me tomaría escribir muchas páginas, pero baste esta muestra -sólo del periodo pre-hispánico- para que los chalacos se den cuenta del enorme valor histórico y cultural de nuestra Provincia Constitucional de la cual debemos sentirnos orgullosos. Por ello, el Gobierno Regional, responsable de la educación en el Callao, debe poner énfasis en la enseñanza de historia, no sólo nacional, sino regional; haciendo los cambios pertinentes y necesarios en la currícula escolar, inclusive como parte de los estudios generales en la educación superior.
JULIA SCHABAUER