Miércoles 13 de Marzo de 2019.- Se trata de una menor de 17 años, quien mediante una cámara oculta, ingresó al Hospital Loyza para solicitar preservativos con la finalidad de evitar contagiarse de enfermedades venéreas o quedar embarazada, a lo que una funcionaria de dicho nosocomio le negó este pedido.
«¿Para qué quieres condones? Eso no damos aquí, anda compra en la farmacia o que tu pareja los compre pues”, fue la respuesta de la mujer del área de Triaje que atendió a la adolescente.
Cabe aclarar que, de acuerdo con los lineamientos del MINSA, los pacientes en edad de reproducción, pueden tener acceso a los métodos anticonceptivos. Además de que, las pautas de atención son: Solicitar los datos de la paciente y derivar el caso al Área de Planificación Familiar (Área Especializada para Adolescentes).
Si bien, el “consultorio juvenil” está ubicado en el pabellón 5 consignado como “Área de Reproducción Humana”. La hora de funcionamiento es a partir de la 1:30 p.m.; sin embargo, la adolescente llegó a las 5PM así que le solicitaron retornar al día siguiente más temprano porque durante ese horario hay un taller de Uñitas Pintadas.
Mediante correo electrónico, el Hospital Arzobispo Loayza, indicó que el taller de pintado de uñas estaba “dirigido a menores de edad que son madres de familia” y tuvo “como objetivo principal reinsertar a las menores en la sociedad con una oportunidad de generar ingresos propios para el cuidado de su hijo”.
A diferencia del Hospital Arzobispo Loayza, el Instituto Nacional de Salud del Niño cuenta con un área de atención especializada y con un equipo multidisciplinario adecuado a la ‘Norma Técnica: Criterios y Estándares de Evaluación de Servicios Diferenciados de Atención Integral de Salud para Adolescentes’.
La obstetra encargada del área especializada en salud sexual y reproductiva del hospital, Katty Rojas Auqui, advirtió que el desconocimiento de las normativas del Ministerio de Salud es una de las mayores limitantes para los adolescentes que desean acceder a orientación sobre sexualidad.
“En ocasiones, el personal de salud tiene miedo de que los padres del menor los denuncien, cuando en realidad, quienes te pueden denunciar (ante la Defensoría del Pueblo) son los adolescentes por no darles la atención e información a la que tienen derecho”, aclaró.
Por su parte, César Cortez, responsable del Programa para Adolescentes y Jóvenes del Instituto Peruano de Paternidad Responsable (INPPARES), denunció que “los adolescentes no son atendidos de manera adecuada, a veces ni los reciben. El proveedor de salud no está ni enterado de la norma técnica y cada vez que va un adolescente a solicitar información o a solicitar un método creen que es ilegal”.
“Hay centros de salud que tienen este servicio diferenciado y que están cerca a colegios con bastantes casos de embarazo adolescente. Pero cuando hemos ido a preguntar a los escolares si conocen este servicio, no sabían ni que existían”, recalcó.
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