… Y AHORA QUIEN PODRA DEFENDERNOS ….

Escribe: Norma Juárez

Domingo 10 de Noviembre.- Esta frase popular que era empleada en un programa infantil, cuando alguien se enfrentaba a algún peligro, calza perfectamente con el sentimiento que genera el contexto actual de inseguridad y violencia por el que estamos atravesando, nos sentimos desprotegidos, vulnerables y no tenemos claro quien va a resolver esta situación. Según la última encuesta de la empresa DATUM, realizada este mes de Octubre, en Lima y Callao 9 de cada 10 personas se sienten inseguros en las calles.

.. Como llegamos a esto….  Analistas y expertos señalan una serie de factores socioeconómicos, que tienen influencia directa en el incremento de la inseguridad y crimen, para el caso de los delitos que están siendo cometidos por jóvenes, los atribuyen a la falta de oportunidades, la precariedad económica, la deserción escolar y la influencia de pandillas y organizaciones criminales;  y si hablamos de manera general,  la desigualdad, la pobreza, la falta de acceso a empleos formales,  la impunidad, la corrupción, las cárceles sobrepobladas, la falta de eficacia en la captura y condena de criminales entre otros,  son las causas que han contribuido para que no exista una respuesta y solución efectiva a este problema,  convirtiéndolo en un reto bastante complejo.

Si hablamos del Callao,  la situación es alarmante.  Como principal zona portuaria del país, no solo concentra actividades comerciales legitimas, sino también  operaciones de narcotráfico, lo que ha propiciado la aparición y expansión de bandas locales que buscan controlar el puerto y las rutas del contrabando de drogas,  ocasionando disputas por el dominio territorial y una escalada de violencia en la región.

A esta problemática se suman delitos como el sicariato y la extorsión,  afectando especialmente a   empresarios y microempresarios de la construcción,  del transporte y hasta los pequeños negocios,  quienes se ven obligados a pagar  a cambio de “protección” bajo amenaza de represalias.

Un factor clave que agrava la situación, es la infiltración del crimen organizado en las instituciones, especialmente en la policía y en el gobierno regional y los gobiernos locales,  la corrupción ha facilitado que estas organizaciones operen con impunidad, en algunos casos, incluso se ha revelado la complicidad de la policía y del poder judicial.

Esto ha debilitado profundamente la confianza de la población en sus autoridades, generando una percepción de inseguridad y abandono.

… Que hacemos …. La atención de la inseguridad ciudadana,  corresponde a varios niveles de gobierno;  con respecto a los alcaldes distritales y provinciales,  tienen la responsabilidad de implementar programas y políticas, en busca de la mejora de la seguridad en sus jurisdicciones.

En ese sentido, la Municipalidad Provincial del Callao, ha dispuesto varias estrategias para enfrentar este flagelo, entre ellas, Serenazgo sin fronteras,  Convenios con el Ministerio del Interior, incremento de la flota vehicular para el patrullaje y próximamente la anunciada inauguración  del Proyecto de Centrales de Video Vigilancia,  -sistema que fue implementado hace alrededor de 2 años, en el único distrito que hoy ha sido declarado en emergencia, Ventanilla-   sin embargo, aún no se pueda frenar los asesinatos y muertes que son el pan de cada día y que han generado que las autoridades, -unas antes que otras- pidan declarar en estado de emergencia toda la región.

Los estados de emergencia ofrecen una respuesta temporal, pero sin una visión integral que incluya, a corto, mediano y largo plazo  programas de prevención, educación, oportunidades laborales, fortalecimiento de la justicia y otros,  es hora de que los gobiernos, tanto locales como regionales, reflexionen sobre la necesidad de un cambio profundo en las estrategias de seguridad en el Callao,  asuman su rol de manera conjunta y sostenida, no solo con operativos, sino con políticas que apunten a la raíz del problema,  la seguridad ciudadana es un derecho fundamental que todos debemos proteger, se requiere por tanto, una sociedad comprometida, autoridades que trabajen en equipo y con visión de largo plazo, de lo contrario, cualquier medida será solo un alivio pasajero en una situación que exige soluciones de fondo.