EDITORIAL: CONSECUENCIAS DE (IN)GOBERNABILIDAD | POR: DIÓGENES GARCÍA

Jueves 21 de Diciembre de 2017.- Ganar con las justas o con margen apretado, tiene sus bemoles, el Presidente Pedro Pablo Kuczynski lo sabe: desde el primer día en el Congreso la nueva mayoría puso sus condiciones: “ahora ya saben de quien es el Congreso”, “la leyes saldrán por un tubo” expresiones que a un año y medio le están dando a razón.

Así empezaron a presionar a un gobierno frágil que se alejó de sus bases, puso tecnócratas que vieron más los negocios antes que beneficiar a la grandes mayorías. Caen 2 ministros de educación, 1 de economía, cae el gabinete Zavala, ahora caería un Presidente.

Hoy con un Mandatario que tiene que hacer malabares por no ser vacado y sacar un AS bajo la manga, espera convencer para seguir siendo Presidente. Si lo vacan renuncian sus ministros, forzando al Congreso a convocar a elecciones “generales”: Se van todos.

Ahora un escenario preocupa tanto como la vacancia: la mayoría congresal denuncia a 4 magistrados del Tribunal Constitucional por un tema más político que técnico, pidiendo para el juez Eloy Espinoza –Saldaña 10 años de suspensión y suspender por 30 días a otros tres magistrados: Manuel Miranda, Marianella Ledesma y Carlos Ramos, denuncia al Fiscal de la nación Pablo Sánchez, por presunta omisión de funciones en el Caso Lava Jato. 

Se apunta a cabezas para defenestrarlas y tomar control de ellas de alguna manera, (en su extremo) darían leyes de interpretación auténtica y quedarse en gobierno: lo peor que podría pasar o ser -efectivamente-democrátas y convocar a elecciones. 

No ganaron pero imponen la fuerza de los votos. No ganaron pero imponen sus sinrazones a un pueblo adormitado en triunfos: Perú al Mundial de fútbol, levantan castigo a Paolo Guerrero, Sport Boys en primera, ganadores en diversas disciplinas.

Pero también como dijeron desde el primer día: habrá una sociedad movilizable, alerta a los desmanes, desatinos y exabruptos de una mayoría congresal cuya resaca de hace un año y medio no olvida. Las heridas que no sanan siempre sangran y más si se les recuerda. 

Difícil llegar por ese camino al entendimiento, a conversaciones constructivas, a tender puentes. Se necesita sin duda, ceder de ambos lados, sin rencores, sin aspavientos, sino con sencillez y perdón.