Ventanilla, 20 julio 2022.- Ante el incremento de denuncias por casos de bullying o acoso escolar, que incluye conductas como violencia física, psicológica y sexual entre niños durante este año escolar 2022, es necesario priorizar la intervención con los padres tanto del agresor como de la víctima. Tanto los padres como los maestros deben estar alerta ante las actitudes de sus hijos, porque pueden revelar que los niños las sufren u ocasionan, informó la doctora Isabel Vásquez, Jefa del Servicio de salud Mental del Hospital Nacional Arzobispo Loayza.
La especialista comentó que la mayoría de veces el niño trata de disimular lo que le ocurre por miedo a sus agresores, vergüenza o falta de respaldo de los padres. Asimismo, “cuando los niños sufren de acoso, suelen mostrar irritabilidad, están asustadizos, retraídos, cortan lazos con su entorno y siempre dan excusas ante la pérdida de materiales de su colegio o el hallazgo de golpes en el cuerpo”, enfatizó.
De igual manera, la doctora Vásquez informó que este aumento de cifras de bullying en los niños puede relacionarse con las condiciones post pandemia, que han provocado dificultades en el aprendizaje de estrategias de control de impulsos, así como en las habilidades sociales necesarias para conseguir cosas en forma asertiva y enfrentar situaciones en las que haya maltrato.
Ante ello, es recomendable que los padres de familia recuerden a sus niños el valor que tienen como personas. Como el acoso suele ser un crimen silencioso, deben demostrarles su respaldo en todo momento para que eviten negar o disimular el maltrato que sufren.
Asimismo, también la especialista resaltó que es vital implementar sanciones de tipo reparativo para los agresores, que estás signifiquen una reparación para la víctima de parte de los agresores o los padres de estos, como el pago de las consultas psiquiátricas o los daños sufridos.
Finalmente, agregó que, tanto para evitar tener víctimas o victimarios, es importante incentivar a la comunidad a denunciar las situaciones de acoso y creer en las víctimas, para evitar que estás últimas callen y que los perpetradores aprendan que hay mejores formas de reforzar su autoestima o que sepan que una conducta inadecuada siempre tendrá una sanción