CALLAO: POR CADA 100 MIL HABITANTES, HAY 16 ROBOS Y 14 ASESINATOS SEGÚN INEI

Lunes 03 de Junio de 2019.- Desde el 2012, el Instituto Nacional de Estadística e Informática realizó encuestas poblaciones en donde se revela que los casos de robo han descendido en los últimos tres años; sin embargo lo preocupante es que han ascendido la tasa de homicidios.

Precisamente este último mal va en aumento. En el cuadro adjunto se observa cómo esta tasa va creciendo desde 2012 hasta llegar a su punto máximo en 2015, alcanzando un índice de 15.2 (esto quiere decir que de cada 100 mil habitantes, alrededor de 15 fueron asesinados). Para establecer la gravedad de la situación, basta decir que en ese mismo año la tasa de homicidios en todo el Perú fue de 7.2. El Callao superaba el doble de esta cifra.

La aplicación del estado de emergencia en diciembre de 2015 tuvo un claro impacto en la evolución, tan solo en un año la tasa de homicidios bajó a 12.7, retrocediendo tres años de avance continuo. Sin embargo, en 2017 esta cifra aumentó a 14, superando también el promedio nacional de 7.8.

Con la tasa de robos en el Callao sucede algo diferente. Si bien en 2015 se aplica la ley excepcional, esta tasa no se había incrementado, mantenía casi el mismo promedio de 2014 y ya mostraba una tendencia a la baja. La aplicación del estado de emergencia no aplacó los robos dramáticamente: de 16.4 en 2015 bajó ligeramente a 16 en 2016.

Sobre los casos de robo en el primer puerto, la tendencia ha continuado hasta 2018, llegando hasta 13.8. Sin embargo, la evaluación que realiza semestralmente el INEI, actualizada a abril del presente año, indica que esa cifra ha aumentado a 15.6, mientras que el promedio nacional es de 13.4.

La preocupación de los vecinos del primer puerto está justificada. A pesar de los movimientos hacia la baja del índice de robos, estos parecen repuntar, según advierte el INEI. La tasa de homicidios, en claro aumento, debe merecer especial interés de las autoridades competentes.

Por un lado, habla de la violencia con la que día a día conviven los chalacos; por otro, esconde otro tipo de delitos de crimen organizado cuyas fricciones se solucionan muchas veces con la muerte. El estado de emergencia da resultados a corto plazo, pero no es la solución al problema, más aún cuando no existe un política sostenida e integral de lucha contra la criminalidad.